Porqué «Cuaderno de bitácora»

Una de las cosas que me han resultado más difíciles a la hora de crear el blog ha sido darle un nombre. Quería un nombre original, (no lo he conseguido, si pones «Cuaderno de bitácora» en Google salen aproximadamente 294.000 resultados), quería un nombre único del tipo «cuadernodebitácora.wordpress.com» (tampoco lo he logrado, en todas sus formas con/sin preposición, etc, etc, ya estaba cogido el dichoso usuario) así que al final, puse nombre y apellidos y, por fin, me pude registrar.

Una vez dentro, insistí, el blog se llamará «Cuaderno de bitácora», la dirección será la que sea, pero el nombre del blog me resisto a que sea otro. Y así fue cómo pude darle este nombre, y tiene su porqué.

Antes de crearlo, pensé, ¿estará reconocida en el Diccionario de la Real Academia Española la palabra «blog»? Adjunto respuesta.

Visto lo visto, no me quedó más remedio que acudir a Wikipedia, y la definición de blog dice, y cito textualmente:

 «Un blog, o en español también una bitácora, es un sitio web periódicamente actualizado que recopila cronológicamente textos o artículos de uno o varios autores, apareciendo primero el más reciente, donde el autor conserva siempre la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente. El nombre bitácora está basado en los cuadernos de bitácora, cuadernos de viaje que se utilizaban en los barcos para relatar el desarrollo del viaje y que se guardaban en la bitácora. Aunque el nombre se ha popularizado en los últimos años a raíz de su utilización en diferentes ámbitos, el cuaderno de trabajo o bitácora ha sido utilizado desde siempre. Este término inglés blog o weblog proviene de las palabras web y log (‘log’ en inglés = diario). El término bitácora, en referencia a los antiguos cuadernos de bitácora de los barcos, se utiliza preferentemente cuando el autor escribe sobre su vida propia como si fuese un diario, pero publicado en la web (en línea).»

Dejo el enlace a continuación por si queréis profundizar en la definición: http://es.wikipedia.org/wiki/Blog

Así fue como el nombre empezó a tomar forma en mi cabeza, me gustaba, sonaba bien, la bitácora, siempre marcando el norte, con un objetivo claro…, estoy filosofando…, paradme cuando me vaya por las ramas, por favor.

Dejo también el enlace de bitácora, merece la pena ver la foto, para hacerse una idea de cómo es el instrumento en cuestión. http://es.wikipedia.org/wiki/Bit%C3%A1cora

En el año 2005 la Real Academia Española de la Lengua introdujo el vocablo en el Diccionario Panhispánico de Dudas con el objeto de someterlo a análisis para su aceptación como acepción y su posterior inclusión en el Diccionario. En su definición aparecen términos como «ciberbitácora» o «ciberdiario». http://buscon.rae.es/dpdI/SrvltGUIBusDPD?lema=bit%E1cora

Esta es la historia de cómo se me ocurrió llamar así a este blog, dicho todo lo anterior, no me queda más que desplegar las velas y aprovechar todo viento favorable para llevar esta nave a buen puerto.

Citas y frases célebres

Mi profesor de Ciencias Sociales en E.G.B., al que hoy sigo saludando por la calle cuando nos cruzamos por el barrio, fue la primera persona que yo recuerdo haber escuchado leernos una cita en clase. No sería capaz de recordar qué cita fue, pero si sé que hubo muchas durante los años que me dio clase en el colegio, porque nos hacían pensar y conocer a los personajes que las habían pronunciado muchos años, e incluso siglos antes. 

Desde entonces, he escuchado y leído muchas citas y frases célebres, algunas no me dicen nada, otras, me hacen pensar y reflexionar, y pocas, me marcan, pero cuando lo hacen, me gusta compartirlas.

Utilizaré el blog para escribir algunas, puede que tengan que ver con algo que hayamos visto o comentado en clase o puede que no.

La cita que he elegido para empezar es una de mis favoritas, además, tiene mucho que ver con el nombre que le he dado al blog.              

    

«No hay viento favorable para el que no sabe adónde va.»

Lucio Anneo Séneca ( 4 a.C. – 65 d.C.). Filósofo hispanorromano.

Empezando a «bloguear»

Cuando me matriculé en el Máster y tuve que escoger asignaturas optativas, más que mirar los horarios, lo primero que hice fue leer los nombres de cada asignatura y hacerme una idea de lo que podía tratar cada una.

Para alguien que viene de una carrera técnica, al leer «Aplicación de Plataformas Online y Web 2.0 para Tecnología» piensas, primero, que el nombre es largo de narices…, y segundo, que te tienes que matricular en ella. Al menos es lo que a mí me sucedió.

Lo tuve bastante claro. Después, al bajarme de la web del Máster la guía docente de la asignatura y leer el contenido, me reafirmé en mi decisión. Leía palabras como «wiki», «blogs», «microblogs» y «redes sociales», francamente, no soy informático ni entiendo demasiado, pero siempre me ha gustado internet y estos vocablos me sonaban todos pero no había profundizado en ellos. Mi hermana me decía: «¿No te has registrado en facebook? Entonces, no existes.» Mi sobrino: «Tengo un blog en el que escribo habitualmente, te lo voy añadir en tus favoritos para que me sigas». Tuve la sensación de que me estaba convirtiendo en un analfabeto, tecnológicamente hablando.

Así, cuando vi que para superar la asignatura se evaluaría la creación de un blog personal, se convirtió en un reto para mí, no por el objetivo en sí de aprobar la asignatura, que sí, lo es, sino por el hecho de ser capaz de adentrarme en un mundo que me atraía pero al que no me había acercado hasta ahora.  

Hoy, he entrado en la Web 2.0, y la sensación es que no he hecho una práctica obligatoria para aprobar una asignatura de un máster, he hecho algo que me apetecía y, además, me ha gustado.